El legado
Nuestros viñedos sobre profundas y escarpadas montañas, alturas y pendientes de vértigo casi intransitables generaron gran asombro e inspiración a nivel Internacional.
Originaria de la Baja Sajonia, y en particular de la ciudad de Leer en el Norte de Alemania, los primeros miembros de la familia Gross empezaron a establecer su residencia en la Málaga Romántica y viajera a finales del siglo XVIII y a lo largo del XIX, momento en el que la ciudad experimentaría una gran reconversión económica convirtiéndose en potencia Industrial con gran importancia en la actividad textil, metalúrgica y en el comercio del vino, en el que se atestigua la existencia de hasta 113.000 hectáreas de viñedos para mediados del siglo XIX.
Tales como los Gross, los Krauel o los Scholtz, que amasaron grandes fortunas y formaron en Málaga una burguesía y clase empresarial e industrial sin precedentes conocidos.
Los vinos Málaga elaborados por la familia Gross con destino a ser distribuidos en todos los mercados fueron los tintos, los secos y dulces de los montes, conocidos y oficialmente reconocidos como productos de la Corte de Isabel II, y exportados junto a licores espirituosos que fueron galardonados hasta con cinco medallas de oro, como en la exposición Malagueña de 1862, Ámsterdam de 1869 o consecutivamente en Filadelfia, 1879 y 1880.
Pronto, aquella diáspora industrial y cosechera de nuestra ciudad se vería afectada por una serie de eventos trágicos como la llegada de la filoxera (1878) a los viñedos malagueños, pulgón que hizo enfermar y acabó con el 90% de la extensión de viñedo provincial, sumado a las posteriores guerras mundiales y civiles, que dieron como resultado el colapso de las exportaciones de productos malagueños y al cierre de muchas bodegas, incluida las de la familia Gross en el año 1972.